En un partido de la liga universitaria en Estados Unidos, se vivió quizás la mejor broma relacionada con el basket que se ha hecho nunca. El objetivo de la broma es un chico que es seleccionado para lanzar en el descanso un tiro desde medio campo con los ojos vendados para intentar ganar medio millón de dólares. El problema es que un rato antes, mientras en el interior de una habitación toman los datos al chico seleccionado, un amigo suyo, explica al público que deben fingir que el tiro entra, gritando y celebrándolo para hacer creer a su colega que ha conseguido ganar los 500.000 dólares.
El video comienza con el chico entrando a la cancha por el tunel de vestuarios, le ponen la venda en los ojos, lanza… y el balón pasa a tres metros del aro, pero el público comienza a gritar como si hubiese encestado y el chaval se vuelve loco, corre, se abraza a la mascota, se emociona y recibe eufórico el cheque con el medio millón de dólares. Todo se tuerce un rato después cuando descubre que la persona que ha traído el cheque es su colega y que todo ha sido una broma. Con amigos así quién quiere enemigos.